Cuando Rui lo asalta con su arte de sangre demoniaca, Tanjiro se prepara para una muerte segura. A medida que su vida pasa ante sus ojos, de repente recuerda el baile de su padre, el kagura, y desata un nuevo ataque sin respiración de agua, la danza del Dios del Fuego. Sabiendo que recibirá un golpe simultáneo del demonio, usa su nuevo movimiento para cortar la cabeza de Rui. Mientras Tanjiro se arrastra hacia Nezuko, que yace en el suelo, plagado de heridas, alguien aparece ante él.
